En una nota a pie de página, Thomas de Quincey sostenía hacia 1827 que el apellido Cant era un apellido escocés y que un filósofo de ascendencia escocesa por la línea paterna, que no salió de Königsberg y sus alrededores, que en ese tiempo conformaba Prusia Oriental, transformó su ortografía para adaptarlo “a las analogías de la lengua alemana”; ese filósofo, se sabe, era Immanuel Kant, cuyó nombre se propagó desde 1781 no sólo en Königsberg cuando tenía 57 años y publicó un libro: Crítica de la razón pura.
Recuerdo del caos - Javier Garcia Galiano | link original