¿Quién daña más al ambiente: tú o la Inteligencia Artificial?

Este texto de Nelly Acosta Vázquez, escrito el 28 de Noviembre de 2024, reflexiona sobre el impacto ambiental de la Inteligencia Artificial (IA), a partir de una discusión en un curso para el gremio editorial. Se explora el consumo energético de la IA, su impacto en el medio ambiente y las posibles soluciones. El texto también incluye una perspectiva personal de la autora sobre su propio consumo energético relacionado con el uso de la IA.

Resumen

• La IA se compara con un enorme centro de cómputo distribuido globalmente, con un consumo energético masivo. Daniel Benchimol, creador de Proyecto 451, ofrece esta analogía.
• El entrenamiento de modelos de IA como GPT-3 y Llama 3 consume cantidades exorbitantes de energía, equivalente al consumo de cientos de hogares o miles de automóviles, generando significativas emisiones de CO₂.

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• Los data centers consumen enormes cantidades de energía y agua, con proyecciones de un consumo del 4.5% de la energía global para 2030.
• El uso individual de herramientas de IA, aunque aparentemente pequeño, genera un impacto significativo al sumarse el uso masivo. Una consulta en ChatGPT consume mucha más energía que una búsqueda en Google.
• La paradoja radica en que la IA, a pesar de su alto consumo energético, puede utilizarse para mitigar problemas ambientales, y empresas como Google y Microsoft exploran la energía nuclear como una solución más limpia.
• La autora comparte su experiencia personal, mostrando un aumento en su consumo energético debido al uso frecuente de herramientas de IA como ChatGPT. ChatGPT estima su consumo semanal como equivalente a mantener una bombilla encendida cientos de horas o cargar un smartphone cientos de veces al día.
• Se propone la reforestación como una forma de mitigar el impacto individual del uso de la IA. Se menciona la columna quincenal "IA: Integrados y Apocalípticos" como contexto del artículo.
• Se mencionan organizaciones como la Agencia Internacional de la Energía, la OCDE, la ONU y OpenAI como fuentes de datos sobre el impacto ambiental de la IA.

Conclusión

El texto de Nelly Acosta Vázquez presenta una visión preocupante pero también esperanzadora sobre el impacto ambiental de la IA. Si bien el consumo energético actual es alarmante, la posibilidad de utilizar la IA misma para desarrollar soluciones más sostenibles, como la exploración de la energía nuclear y el desarrollo de tecnologías más eficientes, ofrece un rayo de esperanza. La reflexión personal de la autora sobre su propio consumo energético resalta la importancia de la conciencia individual en la mitigación del impacto ambiental de esta tecnología.