Para cuando estemos muertos

Este texto de Salvador Camarena, publicado el 4 de noviembre de 2024, analiza la percepción de una supuesta crisis constitucional en México, argumentando que dicha crisis, aunque latente, aún no es una realidad tangible. El autor refuta la idea de una crisis inminente, basándose en la observación de la funcionalidad del sistema judicial y la falta de reacción significativa por parte de diversos actores. Además, destaca la reveladora declaración de Olga Sánchez Cordero publicada en The New York Times.

Resumen:

• El autor inicialmente pretendía escribir sobre la percepción errónea de una crisis constitucional en México.
• Argumenta que no existe una crisis constitucional activa, señalando el funcionamiento continuo del sistema judicial, la falta de protestas masivas y la pasividad de la iniciativa privada, las universidades y las ONG.

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• Señala que el Poder Judicial ya ha sido debilitado, y que la reforma judicial ha sido aprobada a pesar de la falta de consenso y la falta de diálogo.
• Destaca la declaración de Olga Sánchez Cordero, exsecretaria de Gobernación, quien al ser cuestionada sobre la supremacía constitucional, respondió que espera estar muerta para cuando las consecuencias de sus acciones se manifiesten. Esta declaración, publicada en The New York Times, revela una falta de compromiso con las consecuencias a largo plazo de las acciones políticas actuales.
• El autor concluye que la falta de oposición pública a las reformas, incluso por parte de figuras como Sánchez Cordero, se debe a una actitud de indiferencia ante las consecuencias futuras. Muchos dentro de Morena aprueban medidas sin creer en ellas, priorizando su propia conveniencia a corto plazo.
• La falta de reacción de la población se atribuye a la prioridad de sus necesidades básicas sobre la preocupación por la situación política.

Conclusión:

Camarena concluye que si bien una crisis constitucional podría estallar en el futuro, actualmente no existe una crisis activa. La falta de oposición y la actitud de indiferencia de figuras clave dentro del gobierno, como Olga Sánchez Cordero, revelan una profunda degradación institucional y una falta de compromiso con la defensa del estado de derecho en México. La declaración de Sánchez Cordero en The New York Times sirve como un ejemplo impactante de esta apatía y falta de responsabilidad. La situación actual se caracteriza por una degradación institucional gradual, con consecuencias impredecibles a largo plazo.