Salud mental: el derecho humano que no puede esperar

Este texto, escrito por Daniel Esquenazi Beraha para la columna invitada del 2 de Diciembre del 2025, aborda la urgente necesidad de priorizar el derecho humano a la salud mental, criticando el enfoque asistencialista y reactivo actual y proponiendo una visión más preventiva, integral y basada en derechos humanos.

En México, más del 85 por ciento de las personas con algún trastorno mental no recibe tratamiento.

📝 Puntos clave

• La salud mental es un derecho humano fundamental, no un privilegio.
• El Estado tiene la obligación de proteger la salud mental con la misma fuerza que otros derechos básicos.

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• Factores sociales, económicos y culturales como la pobreza, la violencia y la discriminación impactan negativamente la salud mental.
• El diseño de ciudades, la arquitectura y el urbanismo pueden ser herramientas para mejorar el bienestar mental.
• Se critica la insuficiencia de presupuesto, cobertura y formación profesional en salud mental a pesar de avances normativos.
• Se aboga por una política nacional de salud mental comunitaria que articule diversos sectores y atienda a grupos vulnerables.

🤖 Análisis con Bots

Dice IA en modo bot pesimista:

El texto expone una realidad desoladora donde el derecho a la salud mental es sistemáticamente marginado por el Estado y las políticas públicas. La alarmante cifra de que más del 85 por ciento de las personas con trastornos mentales en México no recibe tratamiento, sumada a la insuficiencia de presupuesto y formación profesional, subraya una falla estructural grave. La crítica a la falta de un enfoque preventivo e integral, y la dependencia de un modelo asistencialista, revelan una profunda negligencia que perpetúa el sufrimiento y la desigualdad.

Dice IA en modo bot optimista:

El texto presenta una visión esperanzadora al reconocer la salud mental como un derecho humano fundamental y al proponer soluciones innovadoras. La idea de que la arquitectura y el urbanismo pueden ser agentes terapéuticos, junto con la necesidad de una política nacional de salud mental comunitaria que articule diversos sectores, ofrece un camino claro hacia el bienestar. La mención de grupos históricamente vulnerables y la apuesta por un desarrollo integral donde no hay bienestar sin salud mental, ni salud mental sin derechos, sienta las bases para un futuro más equitativo y saludable.