Fosas clandestinas, víctimas que ya cuentan

El texto de Facundo Rosas, publicado el 19 de marzo de 2025, aborda la problemática de las desapariciones en México y los cambios en la estrategia gubernamental para abordar esta crisis, impulsados por la situación en Teuchitlán, Jalisco. El autor compara la situación actual con la de 2020, destacando la evolución en el reconocimiento y tratamiento de las víctimas.

El dato más importante es la incorporación inmediata de cuerpos encontrados en fosas clandestinas al Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas y a la Plataforma Nacional de Identificación Humana.

Resumen

• La crisis de desaparecidos y el posible campo de exterminio en Teuchitlán, Jalisco, obligaron al gobierno a reconocer y buscar a las víctimas de desaparición.
• Anteriormente, los cuerpos encontrados en fosas clandestinas no se incluían en el conteo diario de homicidios ni en las cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) o del INEGI.

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• La incorporación de víctimas al Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas requería una denuncia formal, lo que dejaba fuera muchos casos.
• La Comisión Nacional de Búsqueda se limitaba a la localización y entrega de cuerpos, sin un seguimiento formal de las investigaciones.
• Los colectivos de búsqueda y los familiares de las víctimas eran ignorados y sus datos no se consideraban importantes.
• La presidenta de la República enviará iniciativas al Congreso de la Unión para incorporar de inmediato los cuerpos encontrados en fosas al registro y a la plataforma de identificación.
• La desaparición será atendida de inmediato, sin esperar 72 horas para abrir una carpeta de investigación.
• Se busca homologar la desaparición con el delito de secuestro, implementando una estrategia similar a la de las Unidades Especializadas en el Combate al delito de Secuestro de 2008.
• El gobierno federal y algunos estados cuentan con personal experimentado en combate al secuestro, formado en la Agencia Federal de Investigación y la Policía Federal, muchos de los cuales están en la Guardia Nacional.
• Actualmente, hay pocos servidores públicos dedicados a la atención de víctimas e investigación, en comparación con el alto número de desaparecidos (123 mil 800 hasta el 11 de marzo de 2025).
• La falta de participación de los familiares de las víctimas y de la sociedad civil en general ha sido un factor de fracaso en la estrategia anterior.

Conclusión

• La crisis de Teuchitlán ha servido como catalizador para un cambio en la estrategia gubernamental hacia las desapariciones.
• La incorporación de tecnología y la homologación con el delito de secuestro son pasos importantes.
• La experiencia de los cuadros formados en el combate al secuestro puede ser valiosa.
• Es fundamental la participación activa de los familiares de las víctimas y de la sociedad civil para lograr resultados efectivos.
• El número de servidores públicos dedicados a la búsqueda es insuficiente para la magnitud del problema.