Fundamentalismo tecnológico

El texto escrito por Adal Ortiz Avalos el 18 de Septiembre de 2025, reflexiona sobre la promesa incumplida de la tecnología como motor de productividad y bienestar general. A través de una anécdota cotidiana, el autor introduce una crítica al fundamentalismo tecnológico y aboga por un enfoque humanista que valore el trabajo y la innovación como herramientas para el desarrollo social.

La tecnología no siempre se traduce en bienestar y puede incluso trasladar costos del mercado a los hogares.

📝 Puntos clave

• El autor relata una experiencia personal en un supermercado para ilustrar la frustración que genera la tecnología cuando no funciona correctamente y la dependencia que se crea hacia ella.
• Se menciona la paradoja de Robert Solow, quien observó que la era de la computación no se reflejaba en las estadísticas de productividad.

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• Se critica la automatización enfocada únicamente en la eficiencia, que ha resultado en la reducción de empleos y el estancamiento salarial.
• Se argumenta que el aumento en la productividad no garantiza mejoras en la calidad de vida, y se necesita un movimiento político y social para dirigir la tecnología hacia el bienestar común.
• Se señala que algunas innovaciones, como el autocobro, trasladan costos del mercado a los consumidores.
• Se propone un humanismo empresarial que valore el trabajo como un recurso a ser cultivado y potenciado por la tecnología.

Lo malo y lo bueno 👎👍

¿Qué aspectos negativos se señalan en el texto sobre el avance tecnológico?

El texto critica que el avance tecnológico, impulsado por un "fundamentalismo tecnológico", no siempre se traduce en bienestar general. Se argumenta que la automatización excesiva ha llevado a la pérdida de empleos, el estancamiento salarial y la transferencia de costos del mercado a los hogares. Además, se cuestiona la idea de que el aumento en la productividad automáticamente mejora la calidad de vida.

¿Qué propuesta positiva se plantea en el texto para abordar los desafíos tecnológicos?

El texto propone un "humanismo empresarial" que valore el trabajo como un recurso a ser cultivado y potenciado por la tecnología, en lugar de ser reemplazado por ella. Se aboga por un movimiento político y social que dirija la innovación hacia el bienestar común, asegurando que los avances tecnológicos beneficien a la sociedad en su conjunto.