Tenemos que hablar

Este texto de Gabriela Warkentin, publicado el 27 de noviembre de 2024, analiza la creciente problemática de la desinformación en México y América Latina, argumentando que su impacto en la democracia y el bienestar social es subestimado. Warkentin, comunicadora y académica reconocida, expone la urgencia de abordar este fenómeno como una pandemia que erosiona la confianza en las instituciones y la posibilidad de una realidad compartida.

Resumen:

• Warkentin critica la falta de atención a la desinformación en México y América Latina, a pesar de las quejas individuales y foros de especialistas.
• Señala que la desinformación no se limita a mensajes aislados en WhatsApp o redes sociales, sino que se ha convertido en un ecosistema informativo que busca destruir la credibilidad de las instituciones.

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• Cita ejemplos de desinformación en España (mentiras sobre la Cruz Roja tras las inundaciones en Valencia), Estados Unidos (spots pro-Trump en medios en español), y México (mentiras de Luisa María Alcalde sobre la vacunación contra el Covid).
• Argumenta que la desinformación aprovecha la desconfianza en las instituciones generada por promesas incumplidas y desigualdades sociales, buscando que la población deje de creer en cualquier cosa.
• Warkentin destaca la necesidad de aprender de las estrategias de comunicación de quienes difunden desinformación, y critica la pasividad ante este problema.
• Plantea la necesidad de una iniciativa pública para abordar la desinformación, en lugar de minimizarla como un problema menor.
• Menciona el trabajo de maldita.es, una organización que se dedica a combatir la desinformación.
• Cita a Angela Merkel y su preocupación por la libertad en relación a la desinformación.

Conclusión:

El texto de Gabriela Warkentin presenta un llamado urgente a la acción para combatir la desinformación en México y América Latina. La autora argumenta que la pasividad ante este fenómeno tiene consecuencias graves para la democracia y el bienestar social, y propone un cambio de enfoque que incluya el aprendizaje de las estrategias de los que difunden desinformación y una iniciativa pública para enfrentarlo. La referencia a El País y a figuras como Angela Merkel refuerza la gravedad del problema a nivel internacional.